miércoles, 8 de mayo de 2013

ME PREPARASTE CUERPO...


Por el Hno. Gabriel

Hebreos 10
5  Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me preparaste cuerpo...

El Señor Jesús en los días de su carne anuncio a sus discípulos que luego de su partida ellos no quedarían huérfanos, sino que el Padre enviaría a otro Consolador para que se quede con ellos para siempre, esto es el Espíritu Santo de Dios, el cual les recordaría todas las cosas que el Señor Jesucristo y gran Maestro les había enseñado durante toda su estadía en la tierra, a fin de que vivan el resto de sus vidas según los mandamientos de Dios (imitando a Cristo).

Juan 14
16  Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:
17  el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.
18  No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.
26  Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.


Y la realidad es que nuestro Señor Jesucristo para llevar adelante el trabajo expiatorio de toda la humanidad, tuvo que vestirse de un tabernáculo terrestre (2 Co. 5:4), de un cuerpo de carne y sangre tal como el nuestro pero sin naturaleza pecaminosa (Lc. 1:30-35)

Juan 1
14  Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.

Filipenses 2
7  sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;

De otra manera no se hubiera podido llevar a cabo la obra redentora de Cristo, sino que tal como lo expresa la cita de Hebreos 10:5 al inicio, para que haya cumplimiento del antiguo pacto se necesitaba de un hombre de carne y sangre que cumpla con las demandas del mismo, para que una vez cumplidas estas, tenga la potestad de establecer un nuevo y mejor pacto entre Dios y los hombres (He 7:22), por esta razón al Cristo y Ungido de Dios, le fue preparado un cuerpo para que lleve adelante esta obra.

Pero el punto central de lo que busco exponer sin muchos rodeos es el siguiente; si el Ungido de Dios para visitarnos en semejanza de hombre necesito de un cuerpo para ejecutar el trabajo, luego de su partida, su Espíritu el cual es Santo, que es el otro Consolador que el Padre dejó para nosotros, ¿En qué cuerpo está trabajando?, porque tal como el Cristo de Dios necesito de un cuerpo para trabajar, también su Espíritu Santo necesita de uno para culminar la obra y el plan de Dios, la pregunta es, ¿Cual es ese cuerpo?

1° Corintios 6
19  ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?

Romanos 12
5  así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.

1° Corintios 12
27  Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.

Colosenses 1
18  y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia;

Ese cuerpo en el cual trabaja el Espíritu Santo es la iglesia de Cristo, conformada por todos los hombres que creen verdaderamente en Él, el cual Él mismo formo para completar la obra del Padre, edificando a todos los hombres en el conocimiento de Dios (Ef. 4:13), a fin de que todos los que en Él creen no se pierdan sino que tengan vida eterna (Jn. 3:16-21)

1° Corintios 12
13  Porque por UN SOLO ESPÍRITU fuimos todos bautizados EN UN CUERPO, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.

Dios es el artífice de un cuerpo perfecto para el desarrollo del trabajo de su Espíritu Santo aquí en la tierra, y así como un cuerpo tiene miembros y cada uno de ellos tienen funciones, así también la iglesia, a fin de que el Espíritu Santo pueda operar en todas sus funciones consumando el plan de Dios para con los hombres, es por ello que ser la iglesia de Cristo jamás debe tomarse a la ligera por los hombres, esto no es broma, es de suma importancia para nosotros comprender el significado de lo que representa ser parte de su cuerpo, entendiendo que nunca se ha tratado de nosotros ni de nuestro entretenimiento o aprobación, sino del plan de Dios, el cual se sigue llevando a cabo aquí en la tierra, hasta el día en que seamos arrebatados con Él en su gloria.

Ser parte del cuerpo de Cristo es un privilegio incomparable para todos aquellos que creen verdaderamente en Él, por lo tanto no deberíamos descuidar los dones que Él ha dado a su iglesia, a fin de que no formemos un cuerpo amorfo o discapacitado al cual muchas veces le faltan miembros (brazos, manos, dedos, piernas), sino uno completo y funcional que tiene todos los miembros para realizar un trabajo perfecto. Él es digno de un cuerpo perfecto, que este unido por su mismo Espíritu en amor, a fin de que tenga perfecta funcionalidad espiritual. Tú eres parte del cuerpo de Cristo…

Efesios 4
16  de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.

La paz del Señor Jesucristo

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