Por Hna. Florencia
Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. También les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había producido mucho.
Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos?
Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes;
y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate.
Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será?
Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios. (Lucas 12:15-21)
Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos?
Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes;
y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate.
Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será?
Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios. (Lucas 12:15-21)
Cuántas veces hemos escuchado decir: -Pero, nadie sabe cuando viene el Señor, puede ser ahora o en 15 años; pero, sabemos que día exactamente estaremos delante de Él???
Y si hoy estuviéramos delante de Él y nos dice: -Muéstrame los frutos que tienes para mí! Que le diremos…? Señor, es que estaba estudiando y esperaba terminar para dedicarte el tiempo que te mereces; o, Señor, recién casado procuraba tener un techo para mi familia y cuando estuviera seguro entonces me dedicaría a tu obra… Y así, tantas excusas…
La pregunta es… Él nos comprende?